Las representaciones artísticas han llevado a muchos a imaginar a los ángeles como seres de una belleza incomparable, a menudo retratados como rubios con cabello rizado o incluso como niños con expresiones serenas.
Sin embargo, una lectura detallada de la Santa Biblia revela que su verdadera apariencia es sorprendentemente distinta.
Querubines
Querubines, la cuarta categoría de ángeles y los de menor rango, son descritos como seres con una apariencia híbrida entre humano y animal. Según el libro de Ezequiel, cada uno de ellos tiene cuatro caras: hombre, león, buey y águila.
«De en medio de esta nube salió la semejanza de cuatro seres vivientes, cuya apariencia era esta: eran semejantes a un hombre. Cada uno tenía cuatro caras. […] La forma de sus rostros era como la de un hombre; a la derecha, los cuatro tenían cara de león; a la izquierda, la cara de un buey; y también el rostro de un águila.»
Arcángeles
Arcángeles, más cercanos en apariencia a los humanos, son conocidos por traer mensajes divinos. Aunque tradicionalmente representados con alas en el arte, no se menciona su presencia de alas en los textos sagrados.
Serafines
Serafines, que rodean el trono de Dios, son descritos por el profeta Isaías como seres con seis alas, cada par cumpliendo una función específica en su estructura.
«Cada uno de los serafines tenía seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro; con otros dos se cubrieron los pies; y con los dos restantes volaron.»
Ofanins
Ofanins, guardianes del trono divino, tienen una apariencia única: forma de anillos de oro interconectados, cada uno con múltiples ojos en sus esferas, moviéndose a través de los cielos.
Los ángeles más famosos
Cuando se mencionan ángeles célebres, destacan cuatro nombres: Miguel, Rafael y Gabriel —arcángeles conocidos por eventos significativos en la historia religiosa—, y Lucifer, el ángel caído cuya belleza fue su perdición, desafiando a Dios.