Las arañas, aunque a menudo nos parecen más peligrosas en nuestra imaginación que en la realidad, pertenecen al orden Araneae dentro del reino animal.
Este orden incluye miles de subórdenes, familias, géneros y especies. Por un instinto de supervivencia primitivo, muchas personas desarrollan aracnofobia, un miedo irracional a estos artrópodos con quelíceros (garras).
¿Realmente existen arañas que justifiquen nuestro temor?
Ray Hale, experto en vida silvestre y vicepresidente de la Sociedad Británica de Tarántulas, señala que hay una especie que, debido a su tamaño, puede intimidar incluso a quienes no temen a las arañas.
Esta especie es la Theraphosa blondi, también conocida como la araña devoradora de pájaros, según Hale en una entrevista con Live Science.
Características de la Araña Goliat
La Theraphosa blondi, también llamada araña goliat o tarántula goliat, habita en la región del Amazonas. Es considerada la araña más grande del mundo en términos de masa corporal.
Con un peso de hasta 175 gramos y cuerpos que pueden alcanzar los 13 centímetros de envergadura, esta araña no solo asusta, sino que también fascina a naturalistas y científicos por igual.
¿Cómo caza la araña goliat?
A pesar de su tamaño impresionante, la araña goliat es sorprendentemente tranquila y no representa una amenaza real para los humanos. El nombre de «comedor de pájaros» es un término erróneo, ya que esta araña rara vez come aves, según Hale.
Este mito proviene de un grabado del siglo XIX que mostraba a la araña alimentándose de aves, basado en informes incorrectos de exploradores europeos del siglo XVI que observaron polluelos atrapados en telarañas.
En realidad, las arañas goliat construyen madrigueras subterráneas que les sirven de refugio y trampa para presas desprevenidas como pequeños roedores, grillos, lagartos y ranas.
¿Es peligrosa la araña goliat para los humanos?
Hale explica que, al encontrarse con un humano, la araña goliat probablemente huiría. Si llegara a morder, la experiencia sería comparable a la picadura de una avispa, ya que su veneno no es lo suficientemente potente como para causar daño significativo a los humanos.
Además, estas arañas tienen mecanismos defensivos para evitar encuentros indeseados.
Cuando se sienten amenazadas, frotan sus patas traseras contra su abdomen, liberando una nube de pelos urticantes que causan irritación en la piel y los ojos de los depredadores. También producen un sonido de advertencia similar a un silbido agudo, que se puede escuchar a una distancia de hasta 4,6 metros.